Sunday, July 27, 2014

El impulso prometéico: Rebeldia Cosmica y Dinamismo





El impulso prometéico: Rebeldia Cosmica y Dinamismo


¿Quién me ayudó contra
la arrogancia de los titanes,
quien me salvó de la esclavitud
de la muerte?
No lo has logrado todo tú,
santo corazón ardiente
y ardías joven y bien,
engañado, gracia de salvación
para el durmiente allí arriba.
 
-Prometeo, Goethe


Abstract:

La Rebeldia, es un acto paradójico, que hace cuestionarse el orden establecido y rompe los límites que mantienen encerrado al ser dentro de un antiguo instinto de auto-conservacion. La ruptura de estas cadenas que esclavizan, libera al Ser de su estancamiento en-si-mismado y permite el flujo hacia un constante devenir, movimiento y transformación. Esto es el Dinamismo, y su fuerza motora es el impulso rebelde, que podemos identificar incluso en las dimensiones ontológicas y arquetípicas, con el mito de Prometeo para los griegos y el de Lucifer para el cristianismo. La rebeldía marca la existencia de una fuerza de cambio y movimiento, que permite que las sociedades no se estanquen y liberen pulsos de creatividad e innovación, que reaniman al hombre en su eterno dinamismo entre el Orden y el Caos, la Tradicion y la Innovacion, el Bien y el Mal. El Impulso Prometeico es sin duda un arquetipo que se encuentra encadenado en las profundidades abismales del inconsciente y surge cuando aparece la necesidad de gritar un “Ya Basta”, cuando el Poder que se supone Absoluto restringe tanto las libertades esenciales, que no queda de otra más que obedecer a este impulso encadenado, que de estancado, se ha vuelto furioso. Prometeo anda suelto en las conciencias del México actual, y su rebeldía amenaza con romper los últimos vestigios de un orden que ya no nos satisface. El colapso de ese antiguo Orden está cerca, y en la ola del Caos creciente en la actualidad Mexicana, podemos advertir el inevitable advenimiento de Prometeo y su furia titánica. 

1.- El Hombre, un Ser Paradojico.

Existe un impulso dentro de la misma naturaleza humana, una fuerza interna que le hace cuestionar, y eventualmente negar aquello que considera injusto, innecesario, incorrecto. Es esta fuerza que le permite tomar consciencia de su integridad, de aquello que lo hace tomarse como ente en libertad, misma libertad que se vuelve paradójica cuando se vuelve sobre sí misma. La paradoja (del griego παράδοξος) es una idea extraña, opuesta a lo que se considera verdadero o a la opinión general. En otras palabras, es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común. Y lo más característico de las llamadas contraculturas, es precisamente esta actitud de ir en contra de la opinión pública, por considerarla inadecuada, manipulada y restrictiva. Pero para entender a las Contraculturas, debemos primero analizar aquel impulso primigenio que lo lleva a levantarse en contra de los límites sociales y existenciales, es decir, la rebeldía. El hombre, al cuestionarse lo que aparenta ser real, encuentra una contradicción entre lo que se percibe y lo que se supone deber ser. Y cuando se trata de cuestionarse a sí mismo, se encuentra libre de rebelarse contra aquello que se supone que debe ser. Albert Camus nos diría que “El hombre es la única creatura que se niega a ser lo que es[1]Y es justamente esta cualidad de negación, de rebeldía, lo que lo convierte en un ser sujeto al cambio y en posibilidad de ejercer su libertad. La rebelión, entonces, es una cualidad esencial del ser humano y se expresa en sus actos y sus pensamientos cuando se encuentra una estructura, un orden y un límite que le parecen que no debiesen de existir. Camus se hace esta misma pregunta "¿Qué es un hombre rebelde? Alguien que dice que no. (…) ese “no” afirma la existencia de una frontera[2]”. Esa frontera, marca los límites, los muros que impiden la libertad del hombre rebelde. Aunque la rebelión siempre surge como ruptura y desencanto, esta tiene cualidades benéficas que le permiten al hombre seguir avanzando. La rebelión es profundamente positiva, pues revela lo que hay que defender siempre en el hombre. En sociedad, el espíritu de rebelión no es posible sino en los grupos en donde una igualdad teórica, encubre grandes desigualdades de hecho. La rebelión es el acto del hombre informado que posee conciencia de sus derechos. Pero la rebelión no es tan solo un acto que se despliega ante el acontecer histórico dentro de lo político y lo social, sino que posee profundas dimensiones metafísicas, mitológicas y arquetípicas, que tocan las raíces de todo cuanto compone al hombre y llega incluso a identificarse como un aspecto fundamental del Ser.

2.- Prometeo y las Cadenas Rotas

En el mito de Prometeo, podemos ver ejemplificado este espíritu de rebeldía, del titán que se burla del dios rector griego Zeus, ridiculizándolo por su poca perspicacia. Prometeo desafía la autoridad de Zeus y le roba el fuego, para otorgárselo a los humanos, por esto, los griegos consideran a Prometeo como el Dios protector de la humanidad, el que trae el fuego a los hombres. En la literatura griega, representada en <Prometeo Encadenado> de Esquilo,se expresa el tema en el que Prometeo es  una historia de advertencia y precaución para no incurrir en la hybris, es decir, un orgullo y arrogancia desmedidos, pecado en el que incurre Prometeo al desafiar a los dioses. Por este pecado, Prometeo es atrapado con cadenas de hierro a una roca dentro del Cáucaso, donde está condenado a que un águila devore su hígado por toda la eternidad. Y Prometeo permaneció encadenado hasta inicios del siglo XIX, época en la que el movimiento conocido como el Romanticismo, se rebela contra los valores racionalistas de la ilustración francesa, y enaltece como sus principales valores la búsqueda de la libertad, la creatividad y la autonomía, buscando en las profundidades de las pasiones humanas, la imaginación, el arte, la poesía y los sueños. En esta época, el escritor Percy Shelley escribe <Prometeo Liberado> en 1819, continuando la historia de Esquilo,  desencadenándolo y regresándolo a la libertad, desde la cual se convertirá en un nuevo héroe rebelde, invitándonos a trascender todos los limites. De igual manera, Prometeo aparece en pinturas, esculturas y poemas de diversos artistas y poetas, como figura que reta la autoridad divina. Dentro de estas figuras que rescatan la imagen de Prometeo, podemos destacar a Johann Wolfgang Von Goethe y a Lord Byron, especialmente un fragmento del poema de este último:

¡Titán! En ti combaten
Sufrimiento y voluntad,
que al no poder matar torturan.
Tu delito fue la bondad,
 de atemperar con tus preceptos
 la suma del dolor humano,
y fortalecer al Hombre con su
propia mente;
aunque impedido como fuiste
desde lo alto,
de tu energía paciente, sin
embargo.
Tu resistencia y rebeldía
de tu impenetrable Espíritu
que ni la Tierra ni el Cielo
podrían doblegar,
una poderosa lección
heredamos.
Prometeo – Lord Byron

El mito prometeico se permeo en los intelectuales del romanticismo, por su amor a los textos clásicos de los griegos, que veían en ellos las formas más bellas de expresión humana y una mayor cercanía a las fuerzas cósmicas que trascienden el entendimiento humano y que en la antigüedad llamaron . Sin embargo, el paradigma dominante en la época moderna pertenece a otro Dios, ese padre todo poderoso del Cristianismo y éste suplantaba la mitología griega con su propia mitología hebrea, por lo que la figura del rebelde cósmico ya no es representada bajo la imagen de Prometeo, y habría que analizar el mito cristiano desde sus propias representaciones mito-poéticas, para comprender los trasfondos psicológicos en los que deambula el rebelde cósmico dentro del cristianismo.   

3.-Lucifer y el Dios Imperalista

Dentro del paradigma Cristiano, la idea de Dios se propone como la del padre absoluto, es un Dios personal y autoritario, que mantiene una relación viva con el ser humano a través de la revelación, en la cual expresa su naturaleza divina y exige al hombre que le crea y que lo adore. La Biblia, el libro de revelación divina, pasa entonces a ser el testimonio de esa realidad superior y un mandamiento de obediencia hacia las leyes del creador. Esta noción personalista de Dios, facilita entonces el reclamo humano, la queja existencial puede ahora ser emitida hacia el Ser que se revela como creador, Dios es el objeto absoluto al cual el ser humano dirige su reclamo sobre el mundo, al cual considera un espectáculo de sinrazón y un escenario de condiciones injustas e incomprensibles. Albert Camus nos confirma: “La rebelión, después de todo, no se imagina sino contra alguien. La noción del dios personal, creador, y por lo tanto responsable de todas las cosas, da solo su sentido a la protesta humana. (…) La historia de la rebelión es, en el mundo occidental, inseparable de la del cristianismo.”[3]Y es precisamente dentro de los orígenes del Cristianismo, de donde surge esta otra mitología fecunda en rebeldía cósmica, aquella rebeldía que se lanza contra el objeto último y absoluto, contra la máxima representación del Orden, las Leyes y los Limites, es decir, la rebeldía contra Dios. En 1667, John Milton escribe <Paraíso Perdido> en donde describe la rebeldía de Satán contra Dios, poniendo bajo la lupa a este personaje que simboliza el mal y el desorden dentro de la perfección divina. Prometeo, o lo que este representa, no aparece en el Cristianismo, sino bajo la forma y nombre de Lucifer, el ángel rebelde que desafía la autoridad divina y su orden establecido, retándolo e insistiendo en un estatus de igualdad. Sin duda, podemos hacer análogos al personaje de Lucifer y Prometeo, pues poseen las mismas cualidades y un mismo patrón mitológico. Ambos se rebelan contra la autoridad divina y ambos son condenados a un inframundo[4] en el cual habrán de sufrir eternamente. Las dos figuras se relacionan con el fuego y la destrucción, pero una de las cualidades del fuego, es la luz. Es evidente la analogía de la Luz con el entendimiento, el artificio humano con el cual puede atravesar la oscuridad y la ignorancia, el conocimiento con el cual guiar la propia existencia ante los oscuros abismos del cosmos. Lucifer viene del griego Lux que significa “Luz” y Feros que significa “Llevar”, por lo que el conjunto se traduce como “Portador de Luz”. Aunque después de la caída, a Lucifer se le renombra como “Satán” que significa “Adversario”. Pero Prometeo aparece en la Teogonía, como un bienhechor, un héroe que se alza valientemente contra un tirano caprichoso, que ejerce su poder de manera desmedida, es una confrontación de voluntades en torno a distintas ideas del bien y de la verdad. Es un enfrentamiento directo contra el Poder, el cual castiga a su retador con una condena de dolor y sufrimiento. El mensaje es claramente una advertencia para no desobedecer al poder superior, de lo contrario se ejercerá el dolor y el sufrimiento por parte de la autoridad, para reprimir la rebeldía. En cambio, la rebelión de lucifer adquiere una dimensión ontológica más profunda, ya que el motivo de la rebeldía, es el reclamo por un estatus de igualdad, una lucha entre principios, la cual termina en el dominio del Orden divino, y la expulsión de todo lo contrario, el Caos profano, hacia los abismos infernales del sin sentido. Se establece entonces la separación absoluta, entre Orden y Caos, Bien y Mal, la Verdad y la Falsedad. Y así, el universo se fragmenta en dos realidades ontológicas, que se encuentran en una lucha eterna, una confrontación perpetua, en la cual la rebeldía y el desafío al orden establecido, se identifican con el Mal, mientras que el orden aparece como sagrado e inamovible. Esto mismo nos dice Camus, cuando afirma queNo puede haber para el ser humano sino dos universos posibles, el de lo sagrado (o de la gracia, para hablar  el lenguaje cristiano) y el de la rebelión.[5]

Habiendo triunfado el Dios del Orden y de las Leyes, comienza entonces la conquista de esta divinidad por encima de todas las otras, el poder absoluto de la Verdad revelada arrasa rápidamente con todas las demás creencias, todas las visiones que no son compatibles con la palabra de Dios. Todo aquel que adore a un Dios que no sea Yave, el Dios imperialista, es atacado y quemado en nombre de la ley divina. Los herejes se encuentran por todas partes, adorando a sus dioses paganos, pues la Verdad Absoluta, no permite la pluralidad de Dioses, las múltiples perspectivas. La diversidad es reprimida y sólo puede existir una forma correcta de hacer las cosas, solo existe un Bien y un Orden y todo lo demás es el Mal y el Desorden. Los mismos filósofos comienzan a identificar a Dios con la Verdad, con el Bien, con el Uno y con el más perfecto, absoluto e inmutable Ser. Pero desde dentro de las mismas filas de los cristianos, en los principios de su formación y de su origen, emergen grupos heterodoxos, que poseen una visión radicalmente distinta a la de los cristianos. Me refiero a los Gnósticos, los primero grupos cristianos, a los que los padres de la Iglesia consideran como los más grandes heréticos. La mitología gnóstica, brevemente expuesta, nos dice que el Dios verdadero y absoluto va más allá de nuestra comprensión y de nuestras limitaciones humanas, por lo que el Dios abrahamico, Jehová, del antiguo testamento, no es más que un impostor, un Demiurgo. El Demiurgo no crea el mundo, sino solamente le da un orden a la masa caótica y amorfa que es la materia. Pero al ser en sí mismo un Dios defectuoso, el Demiurgo crea un universo fallido, roto e imperfecto. De ahí que exista el mal, como un error cósmico de esta figura que intenta darle un orden al caos. Pero gran parte de las sectas gnósticas consideran al Bien y el Mal como principios iguales, dos fuerzas eternas que están en constante choque, ninguna superior a la otra, ambas poseen un mismo grado de realidad. Luego, el Demiurgo intenta imponer sus leyes y se revela como el único Dios por medio de la revelación, haciendo que sus creaturas se dobleguen ante su autoridad. Pero los Gnósticos desafían la autoridad del Dios judeo-cristiano, Jehová y van en búsqueda del Dios verdadero, por medio de un contacto íntimo y directo con el conocimiento divino o <Gnosis>. La Gnosis es el conocimiento liberador, que despierta la semilla de la divinidad interna inherente al hombre, con el cual logra trascender las limitaciones de un cuerpo terreno y defectuoso, para ascender devuelta al universo espiritual, real y perfecto; contrario a la Fe, que ellos suponen como una mera creencia, artificio del cual se sirve el Demiurgo para que los hombres se dobleguen ante su voluntad. No es de sorprenderse que las distintas sectas gnósticas repudien el autoritarismo y reclamen el valor del individuo pensante en su búsqueda personal para llegar con la verdadera divinidad. Los Gnósticos adoran a todas las figuras rebeldes de la Biblia, como los Ofitas, que adoran a la serpiente que ofrece el fruto prohibido a Eva, y que ellos consideran como la criatura más representativa de la sabiduría, ya que lo que realmente ofrece es el conocimiento oculto y secreto del Dios verdadero, por medio del fruto prohibido, la Gnosis. También están los Cainitas, que adoran a Caín, el primer asesino, que mata a su hermano como una forma de sacrificio ritual y ofrenda hacia Dios, el cual se ofende por dicha ofrenda de sangre y le castiga, pero Caín se muestra entonces desobediente y emprende su rebelión en contra de Dios. 

4.- La Rebeldia Cosmica y el Impulso Prometeico

El mito es una forma de conocimiento un tanto oscura, que debemos ahora analizarlas bajo la óptica de los estudios en Mitologia y estudios comparativos de la religión, que ha elaborado el historiador de religiones Mircea Eleade. Para Eleade, el Mito expresa de manera simbólica e intuitiva, una especie de ontología primitiva, una explicación de la naturaleza primordial del Ser. El lenguaje del mito, expresa de manera pre-logica una cosmovisión imbuida con la imaginación y la representación antropomorfizada de los principios cósmicos que rigen el universo, y el drama de la relación del hombre frente ese misterio del mundo. Ahora, procedemos a descifrar estas dos estructuras mitológicas, de Prometeo y de Lucifer, en donde podemos encontrar que existen fundamentos metafísicos que explican la rebeldía en las cosmovisiones primitivas. Y podemos distinguir también que la Rebelión Cósmica consiste en aquella lucha constante contra los límites del universo que lo atrapan dentro de sí mismo, es una lucha que se convierte en el único medio de liberación y camino para el auto-conocimiento. Camus nos diría queLa rebelión metafísica es el movimiento por el cual un hombre se alza contra su situación y contra la creación entera. (…) el rebelde metafísico se declara frustrado por la creación.[6] Pero la creación misma se vuelve entonces un campo de batalla, uno en donde principios contrarios luchan por la realización de sus ideales, pero siempre existe una fuerza autoritaria, que domina en la mayor parte de lo existente y que se asume como el Orden absoluto, con el cual impone sus leyes y sus designios ante lo demás. El espíritu de rebeldía aparece como aquel que rompe la ilusión de lo perfecto, se muestra como la contradicción en el discurso, su misma existencia representa un elemento caótico y por lo tanto, una incoherencia dentro del supuesto Orden. El rebelde busca una realidad superior, desafía la noción del orden establecido y busca un orden más elevado y más perfecto.El movimiento de rebelión aparece en él como una reivindicación de claridad y de unidad. (…) Este se alza sobre un mundo destrozado para reclamar la unidad. Opone el principio de justicia que hay en el al principio que ve practicado en el mundo.[7]Y en esa lucha, esa ruptura entrópica y caótica, se expresa la rebeldía como una fuerza inherente al mismo Ser, que le permite salirse de sí mismo, que rompe los limites estáticos para dar movimiento y dinamismo, transformándose en Devenir. Esa tensión entre lo Activo y lo Pasivo, el Ser y el Devenir, el Acto y la Potencia, es finalmente el  drama cósmico del cual participa el Impulso Prometeico como factor de cambio. La rebeldía es esa fuerza activa y destructiva que va derribando los muros que lo encierran, para permitir el paso a la innovación, la transmutación de las formas y el eterno fluir del universo. Funciona como catalizador del cambio, mudanza que es expresión misma de la totalidad cambiante de lo existente que se actualiza en cada instante. Así mismo, Camus nos dice que “[La rebelión] fractura al ser y le ayuda a desbordarse. Libera oleadas que, de estancadas, se hacen furiosas.[8]Es asi, como podemos afirmar que la Rebelion como cualidad Cósmica, permite el flujo dinámico del Ser, al abrir paso a la innovación y al movimiento, principios esenciales de un universo en constante devenir. 

Pero existe también otra visión e interpretación acerca del significado de la Mitología. Y eso lo podemos apreciar con el filósofo, psicoanalista e historiador de religiones inglés Joseph Campbell que nos dice que: “Con el descubrimientos de que los patrones y la lógica de los cuentos de hadas y de los mitos corresponden al sueño, las quimeras del hombre arcaico que hace mucho tiempo han sido desacreditadas, retornan dramáticamente al primer plano de la conciencia moderna (…) La mitología, en otras palabras, es psicología mal interpretada como biografía; historia y cosmología. La psicología moderna puede traducirlas devuelta a sus denotaciones propias, y así rescatar para el mundo contemporáneo una rica y elocuente documentación de las más intensas profundidades del personaje humano.”[9] Campbell afirma que la mitología refleja toda la gama de potencialidades psíquicas del hombre, mediante las fantasías arcaicas que rigen en la mente del ser humano y que se llaman Arquetipos. Este concepto lo toma del psicólogo suizo Carl Gustav Jung, quien menciona que los arquetipos pueden ser considerados como tendencias, potencialidades de realización que adquieren su plena significación cuando se expresan en la realidad del mundo perceptible. Son principios que expresan patrones de comportamiento, tipos de personalidad y visiones particulares del mundo. Podemos concluir entonces que Prometeo es un arquetipo, un impulso psíquico inherente a las profundidades de la psique humana, que lleva a al hombre a romper con los límites de lo establecido, desquebrajando el orden imperante, en búsqueda de un orden más alto y más justo. Es por esto que todo movimiento social, político, artístico, religioso y de toda índole humana, que se manifieste en contra de un supuesto orden absoluto en su lucha constante por la libertad y los valores que se presumen supremos, o en otras palabras toda contracultura, obedece a un impulso arquetípico, una tendencia inherente a la psique humana que le lleva a quebrantar los límites y efectuar la rebelión como un modo de manifestar las fuerzas psíquicas del Impulso Prometeico.

Conclusión: contra el Demiurgo.

En la actualidad existen muchos movimientos disidentes, mucha indignación con respecto a cómo las figuras monolíticas de autoridad están llevando a cabo las decisiones. En Chile, ha ganado mucha fuerza el movimiento estudiantil por una educación publica gratuita y de calidad, en España, el movimiento del 15-M ha reunido a mas de 7 millones de personas en una protesta contra el mal manejo gubernamental, piden democracia real y que se realicen cambios profundos en la política y en la economía. Lo mismo aconteció en Libia y Siria, y no podemos dejar de hablar de los Indignados de Wall Street. En México, la imagen cuasi-mitológica que representa el poder del trono, es decir, el presidente, es- por decirlo en términos mito-poéticos- el Demiurgo, el dios falso e imperialista que se alza como el límite a vencer, como la autoridad usurpadora que oculta la verdadera libertad detrás de las pantallas de un mundo como de espectáculo. El mundo entero está escuchando la voz de Prometeo, que poco a poco está siendo liberado de las profundas cavernas del inconsciente colectivo, para resurgir con una fuerza de cambio radical en el globo. La desobediencia civil y el activismo son sus expresiones y es tan solo cuestión de tiempo, para que las cadenas que sostienen a ese titan, se desprendan. Has sentido ya, el impulso prometeico?


[1] Camus, Albert. El Hombre Rebelde, Editorial Losada, S. A. (1953) P.21
[2] Ibídem. P. 22
[3] P. 41
[4] Al respect del tema del inframundo, James Hillman tiene un tratado titulado “Sueño e inframundo”, en donde identifica al inconsciente con la figura mitológica del Inframundo. Este mismo autor, expresa en otro libro, “Pan y la pesadilla”, el hecho de que el cristianismo ha reprimido ese aspecto oscuro y lo ha desterrado hacia el inframundo, al inconsciente, que busca rebelarse de las represiones racionales del (ese demiurgo de la psique!) y se representa con otra de las figuras míticas de la antigua grecia: Pan, el dios cornudo, con patas de cabra, cuya imagen será tomada por el cristianismo y le llamará < el diablo>.
[5] Ibid. P. 32
[6] Ibid. P. 34
[7] Ibid. P. 36
[8] Ibid. P. 27
[9] Joseph Campbell, The hero with a thousand faces, Bollingen Series / Princeton. 1973. P. 256

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