Sunday, July 27, 2014

El sueño eterno: “La relación entre lo diurno y lo nocturno en el romanticismo”




El sueño eterno:
“La relación entre lo diurno y lo nocturno en el romanticismo”
Introducción:

La cultura occidental, ha establecido los parámetros de conocimiento y de desenvolvimiento humano únicamente dentro de los límites de la razón. Es la herencia moderna la que nos ata a comprendernos a nosotros mismos siempre desde esa perspectiva racional, diurna. Todo fenómeno que no pueda ser explicado desde la razón es expulsado de los ámbitos de interés de investigación. Esta actitud racionalista se corresponde a una noción del ser humano como ser racional, y todo aquello dentro del hombre que no se apegue a la razón, es desechado de la atención cultural. Lo racional, se vincula con la vigilia, con estar despierto y consciente, por lo que el sueño, se asocia con lo irracional, con la dimensión incoherente del ser humano.  Esta división, es una configuración particular de esta época dominada por la razón, sin embargo, han existido otras épocas en que dicha división no se encuentra tan marcada, o al menos se toma con mayor importancia el fenómeno onírico como parte constitutiva del mismo ser. Esta aceptación o negación del sueño dentro de la cultura de un determinado periodo histórico, marca las pautas de su pensamiento, su arte y su filosofía, por lo que nos dice el filólogo y crítico literario Albert Béguin, que “toda época del pensamiento humano podría definirse, de manera suficientemente profunda, por las relaciones que establece entre el sueño y la vigilia” (Béguin, 1954, p. 11) Por esto mismo, me propongo revisar esta relación del sueño y la vigilia dentro del periodo histórico denominado como “Romanticismo”. En este ensayo nos enfocaremos en la captación cultural del romanticismo para con el fenómeno onírico, vislumbrando el papel que juega la poesía y el sueño en la comprensión de la cultura de los elementos irracionales como evidencia de una realidad eterna e infinita.
1.- Cultura como expresión de la relación entre sujeto y objeto
Toda cultura se desarrolla partiendo de sus principios ontológicos, es decir, su concepción del ser, su idea de la realidad absoluta, su cosmovisión.  De acuerdo a sus conceptos filosóficos, se va ordenando la cultura como una forma de interacción entre los contenidos abstractos y los seres concretos. Para Georg Simmel, esta ordenación de la cultura como adecuación a lo que él llama “exigencia ideal”, se da conforme a relación de dos conceptos fundamentales para la estructura de cualquier cosmovisión: el sujeto y el objeto. Todas las culturas se han planteado este problema como condición fundamental de la cosmovisión a la que se adhieren. Hay culturas que contemplan la realidad absoluta como únicamente en el objeto, por ejemplo el naturalismo, que concibe al mundo como una sustancia ajena al sujeto, quien únicamente capta lo que está ahí en el fondo de lo real y lo conoce mediante la adecuación de sus capacidades cognitivas con lo que está ahí afuera. Por otro lado, existen culturas que otorgan al sujeto la verdadera realidad y derivan el objeto de éste, es decir, el objeto sería una creación del sujeto, una proyección de los contenidos inherentes al sujeto cognoscente. Pero Simmel nos habla de la imposibilidad de negar uno u otro aspecto de esta polaridad que se necesitan la una a la otra para existir, ya que “sujeto y objeto se desarrollan simultáneamente, pues cada uno de ellos sólo en el otro y en su mutua relación de oposición puede alcanzar su sentido” (Simmel, Problemas fundamentales de la filosofía, p. 79). Pero si no podemos negar a cualquiera de los lados de esta relación entre sujeto y objeto, entonces no nos queda más que decir que ambos forman parte de una misma sustancia, conforman una unidad que contiene a la aparente dualidad. A sí mismo, esta unidad sería la realidad absoluta, el fondo subyacente de todo cuanto existe, y nuestro conocimiento de esta unidad, implicaría la correspondencia, la unión de sujeto y objeto. “Esta unidad se llama entonces verdad: la coincidencia de la representación subjetiva con el ser objetivo” (Simmel, Problemas fundamentales de la filosofía p. 79)
Si esta unidad abarca la realidad tanto del sujeto, como del objeto, entonces dicha separación no es más que una especie de ilusión, o una representación que nos hacemos para poder interactuar con lo real. Ahora bien, esta es una postura que ya ha sido tratada por la cultura oriental en distintas matices, siendo el hinduismo una de estas culturas que toman la realidad del sujeto-objeto como la unidad absoluta que trasciende la separación. A esta postura podemos llamarle “el monismo, que atribuye un ser absoluto al sujeto y objeto simultáneamente. Los Upanishads enseñan que hay que adentrarse hasta el último fondo de sí mismo para alcanzar la verdad definitiva; pero lo que el hombre encuentra allí no es ya el sujeto, sino algo absoluto que está sobre la oposición de sujeto y objeto, porque es lo absolutamente unitario y lo absolutamente real en el que no hay lugar para una dualidad que es sólo un producto engañoso de nuestra ilusión.” (Simmel, Problemas fundamentales de la filosofía, p. 87) Es justamente en esta unidad absoluta, que trasciende la división del sujeto y objeto, donde se encuentra el fondo mismo de la realidad, desde donde todo surge y toma forma limitada, separada de la totalidad, en donde se fragmenta la unidad y se escinde en un sujeto y un objeto. Por supuesto que, dicha unidad absoluta, se muestra entonces como el elemento ordenador de la realidad, como el fundamento ontológico que da sentido a la experiencia de la vida humana y que consecuentemente lleva al hombre a producir su cultura en torno a esta cosmovisión. Podemos encontrar un ejemplo de este tipo de cosmovisión dentro del período histórico que conocemos como el .
2.- Sueño y vigilia a la luz del romanticismo
Hemos hablado ya de la unidad absoluta del sujeto y objeto, pero en la vida despierta nos topamos con la realidad dividida entre ambas polaridades. El sujeto (el yo que percibe) y el objeto (aquello que el yo percibe) se encuentran escindidos en nuestra experiencia de vigilia, y en nuestra cultura occidental, racional-materialista, no podemos sino tomar por realidad absoluta al mundo externo que se nos manifiesta como el objeto. El estado de vigilia, como portador de una conciencia racional, es la única manera de interactuar con lo real, ya que el sueño se concibe como ajeno a los dominios de la razón, por lo que se desecha como una especie de alucinación caótica y oscura de la cual el hombre no puede extraer ninguna forma de conocimiento, pues la realidad es racional y el sueño es irracional, y por tanto, irreal. Esta es, la cosmovisión dominante en nuestra época, heredera de un capitalismo materialista como cultura hegemónica y por tanto, un naturalismo objetivista, que niega la realidad del sujeto como relevante para la realidad absoluta. Sin embargo, en este trabajo me enfocaré en revisar la relación entre el sueño y vigilia a la luz de otra época en la cual la cultura permitía un mayor acercamiento a los elementos de lo irracional, como la intuición, el sentimiento, el instinto, y por su puesto: el sueño.
En el siglo XVIII, occidente estaba viviendo cambios muy drásticos debido a la revolución francesa que en 1792 logra abolir la monarquía de Francia, para proclamarse como una República. Alemania fermentaba una nueva cosmovisión encabezada por los artistas, poetas y pensadores que caracterizaron la época del llamado Romanticismo. Este movimiento pretende efectuar una fuerza reactiva al dominante racionalismo de la ilustración francesa y se caracterizaba por una constante búsqueda de la libertad, la divinización de la naturaleza, la profunda necesidad del arte y una insaciable sed por lo infinito. Bajo esta visión, el individuo se exalta como reflejo micro-cósmico de la totalidad y la religión se considera como la relación con lo Eterno e Infinito[1]. Los estudios sobre el romanticismo, de Albert Béguin, nos hablan de que dicha distinción entre los elementos racionales (diurnos) e irracionales (nocturnos), es una distinción que se trató de rechazar en la época romántica, pues tanto poetas, como psicólogos y filósofos, tomaban en cuenta aquella otra experiencia de la realidad que no se ajusta a los límites de la razón. “Todos los románticos admiten que la vida oscura se encuentra en incesante comunicación con otra realidad más vasta, anterior y superior a la vida individual(…) El romanticismo, buscará, aun en las imágenes mórbidas, el camino que conduce a las regiones ignoradas del alma(…) para encontrar en ellas el secreto de todo aquello que, en el tiempo y en el espacio, nos prolonga más allá de nosotros mismos y hace de nuestra existencia actual un simple punto en la línea de un destino infinito.” (Béguin, 1964, p. 21)  Debido a que el romanticismo es una época en la cual existe esta aspiración a lo infinito, la unidad finita del individuo se piensa como una limitante para entrar en contacto con aquella realidad que trasciende esta separación de sujeto y objeto, pues la disolución de las polaridades, nos pone en una íntima relación con la realidad absoluta, que es eterna e infinita. Por lo mismo, las facultades racionales de la consciencia despierta se muestran como insuficientes para la captación del fondo último de la realidad, y por ello, el hombre debe buscar en otras regiones distintas a la conciencia diurna, a la vigilia, pues “para los románticos, el alma no puede ser sino el lugar de nuestra semejanza y de nuestro contacto con el organismo universal, la presencia en nosotros de un principio de vida que se confunde con la propia Vida divina. Y, como nuestra psique consciente es la psique posterior a la separación, encerrada en sí misma, será preciso postular otra región de nosotros mismos a través de la cual la prisión de la existencia individual se abra a la realidad.” (Béguin, 1964, p. 108)
Esa otra región del alma, plataforma subterránea de la conciencia, la encuentran los románticos en las actividades inconscientes, desprendidas del control racional de la conciencia diurna, por lo que el sueño y la vigilia son estados en los cuales el hombre oscila entra las polaridades mismas del ser absoluto, ya que el romántico siente esta separación de la totalidad, pero sabe que en el fondo también participa de la unidad absoluta, y el estar despierto es tan sólo uno de los aspectos mediante el cual se muestra la realidad, pues estar despierto significa estar consciente, consciente de nuestra individualidad y por tanto, de nuestra separación de la totalidad. El sueño, sin embargo, es una evidencia de nuestro contacto con la otra realidad, aquella en la cual no existe separación y nos fundimos nuevamente con la realidad universal, ya que “durante nuestra existencia, nuestra propia vida psicológica lleva el reflejo de nuestra doble participación en la vida separada y en la Vida total (…) Consciente e Inconsciente son, de esa manera, un aspecto de la gran “polaridad” que ordena todo el proceso de la vida según las tendencias a la separación y a la reunión.” (Béguin, 1964, p. 111) Habiendo encontrado en esta polaridad rítmica, el indicio de una conexión profunda con el universo, se desprende entonces que “la alternancia de vigilia y sueño es la expresión más asombrosa de nuestra inserción en la vida cósmica y de esa analogía rítmica que es el lazo universal” (Béguin, 1964, p. 111)
3.- Realidad absoluta y matriz cósmica
Y aquí es donde entra esta discusión en torno a las nociones que toda cultura utiliza para designar su concepto de realidad y por tanto su ordenación cultural. El objeto y el sujeto, en el romanticismo, vienen a jugar el papel de la realidad separada y la realidad unida, lo finito y lo infinito. Pues el objeto es aquello que podemos decir que es real en cuanto que se muestra como una realidad compartida con los otros, es decir, es una realidad en donde existe la separación entre el Yo y el No-Yo[2] y por tanto cada cosa posee su individualidad, separada de todo lo demás, y esta realidad “objetiva” se le atribuye a la consciencia despierta, a la vigilia. Este entramado de conforma entonces uno de los polos de la realidad absoluta. En cambio, al cesar la razón de operar en nuestra consciencia diurna, en la vigilia, nos desplazamos a un estado de plena interioridad, nos sumergimos en el sueño como un momento de suspensión de la polaridad y toda separación se repliega en una misma densidad que sintetiza las polaridades para fundirnos momentáneamente, en la realidad absoluta e infinita. Esta es la idea romántica de la unidad de sujeto y objeto, pues “la concepción romántica afirma que el mundo llamado es simplemente un plano convencional sobre el cual nos entendemos, un plano que para la comodidad de nuestras relaciones humanas, mientras que el mundo de los sueño proviene de nuestro interior y nos es realmente común a todos, porque todos participamos de él o porque en él participamos de la Realidad universal” (Béguin, 1964, p. 118) Pero, ¿Qué es finalmente aquella realidad universal en la cual nos sumergimos durante el sueño? ¿Cómo se relaciona el sueño con esta unidad primordial?
En el romanticismo, esta apertura, este dialogo entre sujeto y objeto, entre consciente e inconsciente, entre sueño y vigilia, no se encontraba tan escindido como actualmente se encuentra en nuestra cosmovisión, es por ello que ellos pudieron acercarse a un conocimiento intuitivo en el cual se vislumbraba la realidad infinita y absoluta detrás de la aparente división  y separación de todas las cosas, y Albert Béguin nos recuerda la concepción romántica del sueño, en el que todavía se encuentra esa conexión con las raíces de todo lo existente. “El sueño nocturno es algo más que una del Sueño eterno: es una supervivencia suya, la presencia real, en nuestro último fondo, en el corazón, de la unidad primordial. Es alusión a un estado original, insondable, que sólo posee realidad plena antes del nacimiento y después de la muerte” (Béguin, 1964, p. 132) La vida es entonces un momento intermedio entre aquello de donde vinimos y aquello hacia dónde vamos, que bien es la misma sustancia infinita e inefable, cuya realidad se ha captado bajo distintos nombres en distintas culturas, y de hecho la experiencia de contacto o fusión con esta realidad primordial o absoluta, constituye la base de toda experiencia mística, misma que se manifiesta a través de todas las culturas y sus religiones mediante “una experiencia radical, idéntica en todas las religiones y que constituiría su núcleo esencial: la experiencias de un contacto directo, de unión estrecha, del hombre con la verdadera realidad, representada bajo formas diferentes como lo Absoluto, lo Divino, el Uno, el Brahman, por las diferentes doctrinas religiosas o teológicas. Esa experiencia constituiría la esencia de la mística que la comparación de los diferentes fenómenos místicos permitiría captar con facilidad” (Velasco, 2003, p. 36). Para los románticos, el sueño es una vía igualmente válida para acceder a esta experiencia transcendental, experiencia que marca la apertura hacia lo infinito, y que por tanto, sitúa al hombre frente a su mundo como una entidad que co-participa en los procesos de creación de la realidad; en otras palabras, que le hacen tomar consciencia de su divina procedencia, de su raíz cósmica.
Conclusión:
Como hemos visto, en el fondo de toda realidad, subyace la unidad primera, la universal densidad que abarca todo lo existente. Desde esa primigenia realidad condensada, emanan fuerzas impulsivas que surgen como imágenes, como sueños o como imaginaciones. Pero nuestra cultura racionalista les ha cerrado la puerta a estas manifestaciones de lo uno primordial dentro de nuestra experiencia de vida. No es sino hasta que surge el psicoanálisis que occidente empieza a hacer caso a los impulsos irracionales de lo inconsciente, y así nos los hace ver uno de los pioneros en esta disciplina que se ocupa de la psique, Carl Gustav Jung, quien nos dice que “nuestra cosmovisión ha resultado ser demasiado estrecha para dar cabida a estas fuerzas en una forma cultural.” (Jung, 2001, p. 21). Y es que la cultura de occidente se ha negado a integrar los elementos irracionales de la vida humana dentro de su cultura, por lo que “hay muchas cosas de las que no somos consciente porque nuestra cosmovisión no les concede espacio alguno, porque la educación y la formación que recibimos jamás las han estimulado y, si acaso han desaparecido en la consciencia como ocasionales fantasías, son inmediatamente reprimidas. La frontera entre lo consciente y lo inconsciente la determina en gran medida nuestra cosmovisión.” (Jung, 2001, p. 27) Pero es precisamente aquella dimensión oculta dentro de la psique del hombre, la que nos permitiría ensanchar nuestra comprensión sobre nosotros mismos y nuestra posición en el universo, pues al negarnos a escuchar los susurros de lo inconsciente, perdemos de vista el origen de donde emana todo lo existente. Así pues, una de las tareas de la filosofía contemporánea, sería la de buscar integrar estos elementos irracionales dentro de la cultura, permitir el tránsito de lo inconsciente hacia nuestra vida despierta, ya que “el sueño es una prefiguración del momento bienaventurado en que el alma romperá sus cadenas, y, al mismo tiempo, es para el cuerpo un retorno necesario a las fuentes de la vida, una vuelta al seno materno, henchido de infinita dulzura” (Béguin, 1964, p. 157) Volver a las raíces, a la matriz cósmica desde donde todo surge, para poder enriquecer nuestra existencia en el devenir de la vida separada, cuyo rítmico deambular entre lo caótico y lo ordenado, lo disperso y lo reunido, el sujeto y el objeto, el sueño y la vigilia, sea una forma más de acercamiento del hombre finito, con la unidad primordial y la realidad infinita.
Bibliografía
BÉGUIN, Albert. El alma romántica y el sueño. Ed. Fondo de Cultura Económica 1954.
SIMMEL, Georg. Problemas fundamentales de la filosofía.
REALE, Giovanni y Dareio Antiseri. Historia del pensamiento filosófico y científico, Tomo III. Ed. Herder 1992.
JUNG, C. G. Civilización en transición. Ed. Trotta, 2001.
VELASCO, Juan Martin. El fenómeno Místico, Ed. Trolla, Madrid, 2003.


[1] Giovanni Reale y Dareio Antiseri. Historia del pensamiento filosófico y científico. Ed. Herder 1992.
[2] Terminos que utiliza Fichte para designer la realidad interna y la externa, que en el fondo son una misma y se sintetizan en el Yo absoluto.

La Revolución Social del Internet: Las mutaciones de la sociedad en red



La Revolución Social del Internet:
Las mutaciones de la sociedad en red

“Omnia mutantur nos et mutamur in illis”

En la actualidad, la juventud camina por ciudades radioactivas, llenas de tecnología que previamente no estaba disponible y que ahora viene a provocar unos enormes cambios, haciéndonos mutar hacia una nueva relación con nuestro mundo. Efectivamente estamos viviendo una etapa de mutación, un cambio en la información social y tecnológica, una alteración en el tejido social, que modifica la manera en que nos comportamos, en como pensamos y en cómo nos relacionamos unos con otros. Nosotros los jóvenes, heredamos hoy en día un mundo en crisis, un mundo que se encuentra dividido y que enfrenta muchísimos retos políticos, económicos, sociales y ambientales. Las antiguas generaciones nos han legado una serie de instituciones y estructuras de pensamiento que conforman la sociedad en que vivimos ahora, una herencia que sin duda nos ha traído muchos retos y muchos problemas que resolver, pero también heredamos un montón de herramientas, tecnologías y conocimientos que nos pueden ayudar a evitar que nuestra sociedad caiga en un desastre. Nosotros somos los pioneros del mundo digital, un universo de información que aún no ha sido explorado en su totalidad y que estando en las manos correctas, puede ser la herramienta que va a construir el mundo del mañana. 

El internet, ha llegado a nuestra sociedad como un gran detonador de cambios sociales, una bomba radioactiva que ha provocado una explosión de información re-evolucionaria, modificando el desarrollo de los individuos y de la sociedad entera, mutando los patrones de comportamiento y proporcionando una nueva serie de superpoderes a los individuos expuestos a esta radiación, de manera que se altera radicalmente el orden mundial. Mediante este escrito me propongo a revelar algunos de los síntomas que ha tomado esta nueva mutación de la bomba nuclear que tenemos en nuestras manos: El Internet.

1.- Información Digital y Verdad de Consenso.

La primera mutación que encontramos en los radioactivos terrenos del internet, es que la computadora, en cierta medida, se ha vuelto una nueva extensión del ser humano, un órgano externo, que le permite operar en el ámbito de la información digital y lo conecta con una clase de alucinación colectiva que llamamos la “World Wide Web” o “Red alrededor del mundo” y que llamaremos simplemente Red. La red, se ha convertido en la extensión de las neuronas del ser humano,  capaz de almacenar una inmensa cantidad de información, que se transforma en información digital, ordenada y operada por los cibernautas, navegantes del ciberespacio. Esta información digital sirve para crear páginas, blogs, videos, textos, programas, etc. 

La información  digital es diferente a la información análoga y escrita. Puesto que no tiene existencia física y material, por lo que la información digital desafía las leyes de la física y la lógica lineal. No tiene un lugar fijo, se encuentra a tan solo un click de distancia, puede estar en distintos lugares a la vez, en distintas categorías, puede ser copiada y  multiplicada. Anteriormente, la información era más escasa y solo se podía encontrar en libros que algunas bibliotecas poseían, y si algún libro en específico no se encontraba en la biblioteca, entonces tal información era imposible de adquirir. Ahora toda la información de la mayor parte de los libros se encuentra en la red y es accesible desde la comodidad de la casa. Y lo más importante, es que la información digital es más flexible y moldeable, renovándose cada vez que nuevos descubrimientos se han incorporado, mientras que la información escrita en libros es estática y se nos presenta como información autorizada por los expertos y por tanto no es discutible. Mientras que en el internet, todas las ideas son discutibles y modificables. Wikipedia nos ha demostrado que cualquier persona puede trabajar en conjunto con otras miles de personas, para crear y producir información que rivaliza en contenido con la de los expertos. La información autorizada ahora puede ser discutida, desarrollando así un pensamiento crítico y abierto. Esta idea de la inteligencia colectiva se encuentra por todas partes dentro de la red y nos deja la enseñanza de que Nadie, es tan listo como Todos.

2.-Interconectividad e Identidad Virtual.

Cada vez existen más plataformas de participación social, como lo son Facebook, Twitter y YouTube.  Estas plataformas, nos proporcionan nuevas maneras de relacionarnos y establecer así, una comunidad en línea. Y esto es muy importante, ya que en la sociedad en que vivimos, reina un individualismo alienante, una sociedad fragmentada que ha perdido el contacto humano con las personas que le rodean. Lo que las redes sociales nos permiten, es el acceso a una comunidad bastante amplia, con la cual cada persona puede encontrarse con gente similar a uno mismo. Recuerdo un comercial de Yahoo en donde sale un hombre grande con un chimpancé en el hombro, intentando encontrar una pareja, pero el chimpancé les tira cosas a todas las mujeres con quienes sale. Hasta que el hombre se conecta a yahoo y encuentra a una mujer con un tucán en el hombro, y cuando el chimpancé le tira cosas, el tucán se las come. Esto nos demuestra, que no importa quién seas, como eres, que te gusta y que hagas, por más raro, por más único, por más especial que seas, siempre encontraras a alguien como tú en internet. El internet conecta a las personas, sin importar que tan lejos este, o si se encuentra en otro país. Las personas acceden a las redes sociales como a modo de re-conexión con otros seres humanos.

Uno de los elementos más importantes de las redes, es la idea de la interactividad, ya que la gran mayoría de las páginas y programas de internet, dependen de la participación de los individuos que forman parte de dicho programa. Un gran ejemplo de esto es el Blog y páginas similares como el Wordpress y el DeviantArt. Paginas en donde uno puede subir sus escritos propios, sus fotos, su arte, etc. Esto nos demuestra que ya no somos solamente consumidores pasivos de información, sino que ahora nosotros podemos ser los productores y también podemos interactuar con otros productores, comentar, criticar, aconsejar a otros escritores, otros fotógrafos, otros artistas, etc. 

Otra cuestión que ha sufrido algunas cuantas mutaciones con el advenimiento del internet, es la noción de Identidad. En las sociedades modernas altamente industriales, la identidad se va perdiendo poco a poco por la rutina del trabajo y otras funciones mecanizadas de la sociedad. En una ciudad grande, hay muy poco espacio para que el individuo pueda construir y expresar su identidad  si no tiene mucho dinero. Las masas anónimas y cuantificables disuelven al individuo en un vacío existencial que le aparta del mundo lo vuelve apático ante los acontecimientos políticos y sociales. Sin embargo, el internet ha cumplido esta función de recuperar al individuo, proveyéndole de las herramientas que lo empoderan y le permiten explorar y desarrollarse a sí mismo. Sitios como el MySpace, Fotolog, y el mismo Facebook, permiten que las persona puedan escribir su descripción, sus gustos, sus libros favoritos, sus películas, grupos a los que pertenece, escuelas en las que ha estudiado, al mismo tiempo que compartir imágenes suyas, videos, escritos, música, etc. Toda esta información se encuentra disponible para quien quiere conocer a la persona buscando gente con gustos similares. De igual manera, los videos propios en donde la gente se presenta ante la comunidad de YouTube, por ejemplo, se efectúan desde una webcam, un instrumento impersonal ante el cual puedes expresar tu verdadero ser (o construir uno falso), ya que al subir dicho video, dicha foto o dicha información, no sabes realmente quien la puede ver y por lo tanto se rompe todo el contexto, ya que lo que se sube al internet, es material disponible para todo el mundo, es decir, es un mensaje libre para quien quiera escucharlo. 

3.-InterNerds y CiberPiratas

Otro fenómeno muy particular, es que el típico nerd, que de por si es una persona devoradora de libros, cuando se expone a la radioactividad mutante del internet, se transforma en lo que yo llamo un interNerd, pues se potencializa su capacidad acelerada de absorber la información y al mismo tiempo tiene la facilidad de producirla, reproducirla e intercambiarla con otros internerds. Enserio que he visto los documentales y videos más maravillosos producidos por gente común y corriente, sin la necesidad de equipo profesional ni un sueldo descomunal con el cual producir sus videos. Los internerds también han encontrado formas sumamente creativas e innovadoras de participación social y cooperación cibernética. Tomemos por ejemplo el fenómeno de la identidad colectiva conocida como Anónimo. En el internet, los individuos pueden interactuar unos con otros sin conocerse o identificarse. Esto abrió una nueva posibilidad de actuar en conjunto mediante el concepto de la anonimidad, es decir, una comunidad muy extensa de individuos que actúan como una especie de cerebro global digitalizado, pues todas las personas tienen la capacidad de anunciar o revelar información de manera anónima en internet, justo como lo que sucedió con Wikileaks, donde gente de todas partes del mundo, subía información confidencial del gobierno, de religiones, de instituciones, etc. La libre información es uno de los objetivos de sitios como Wikileaks y grupos como los Anónimos. El Internet, ha permitido que todos los grupos sociales e individuos puedan alzar la voz y expresar todo aquello que normalmente era reprimido y censurado. Nuevas voces están siendo escuchadas y con ello, nuevas formas de vida y maneras de pensar. El Internet ha deshecho la antigua idea de que, si en medio de un bosque, un árbol cae y no hay medios de comunicación para cubrir el reporte, entonces “No Sucedió”. El Internet se ha venido a instalar como la nueva red neurológica, el cerebro colectivo que habilita nuevos espacios virtuales en donde las ideologías toman fuerza según la colectividad y luchan entre ellas por la nueva visión de la humanidad y el futuro de ella. Donde quiera que una persona tenga acceso a internet, existe ahí un ojo, un oído, una voz, para ese ente colectivo y anónimo de la red, porque todos podemos formar parte de esa identidad compartida y Nadie es tan poderoso como Todos. 

Los internerds nos han legado maneras cada vez más sorprendentes de devolver el poder a la gente y no tan solo a unos cuantos, y esto lo han logrado con softwares como el Napster, el LimeWire, Ares, Grooveshark, etc. Sitios en donde uno puede descargar música, películas, libros y software de manera gratuita, mediante la comunidad misma que comparte lo que ya tiene para que todo el mundo lo pueda adquirir. Sin embargo, estas herramientas representan un grave peligro para las estructuras e instituciones del sistema actualmente establecido, ya que violan los conceptos de autoría y vuelven obsoleta la idea de la propiedad privada. Al copiar imágenes, descargar canciones, libros, y programas, las personas civiles, estudiantes, amas de casa, niños, y jóvenes, están infringiendo la ley en todo momento, pues no se puede matar aquel instinto inspirado por las nuevas tecnologías, que nos permiten expresar, crear y compartir el material creativo. Solamente podemos criminalizarlo, no podemos evitar que tantas personas lo usen, tan solo lo podemos llevarlo al trafico subterráneo, tampoco podemos hacer que la juventud se vuelva pasiva otra vez, tan solo convertiríamos a los jóvenes mutantes en “piratas”. Vivimos en una edad de prohibiciones en donde es inevitable estar constantemente en contra de la ley, y así es como nos venimos desarrollando, con un sentimiento negativo ante la autoridad y eso es sumamente corrosivo para la sociedad, y creo que surge la necesidad de replantearnos que es lo que representa el sistema, la autoridad, la ley.

4.- Hacia una Realidad 2.0

La idea de confiar en la autoridad para recibir buena información, permisos para crear y compartir, está siendo cuestionada. La idea misma de autoridad necesita ser replanteada. Mientras que antiguamente nos hemos estado conduciendo por medio de estructuras jerárquicas, en donde el modelo de acción, los estándares de comportamiento y los criterios de verdad se establecen por una autoridad a la cual hay que aceptar pasivamente, consumiendo lo que nos dice y siguiendo las órdenes ciegamente. El internet nos está mostrando las alternativas, esta detonando aquella parte arcaica que nos conecta a unos con otros para formar una Red. Así, nuevos modelos de relación se están ejemplificando con las redes sociales y demás organizaciones de cibernautas.

En un modelo de relación por medio de una Red, no existe una autoridad establecida, por lo que cada integrante tiene la misma capacidad de expresión, aportación y decisión. Mientras que en un modelo jerárquico, la relación consiste en seguir al líder, en el modelo de red, la relación depende de la participación de cada individuo hacia un fin en común. Y el modelo de organización de red, se está convirtiendo cada vez más en un paradigma necesario, pues todas nuestras áreas de conocimiento están desafiando las antiguas concepciones que teníamos acerca del universo y de nosotros mismos, tanto con la física cuántica, las matemáticas del caos, y la neurología, con la que hemos aprendido que nuestra Identidad y nuestros pensamientos, se conforman por millares de neuronas interconectadas unas con otras. Nos acercamos a una forma de organización basada en la complejidad y en la interconexión, en donde cada individuo forma parte de esta red interactiva, que participa en la creación de una aldea global, una realidad 2.0, en donde habrá que replantearnos toda una serie de conceptos previamente establecidos que se encuentran en crisis, gracias, en parte por el internet. Tendremos que redefinir cuestiones tan esenciales como el conocimiento, la identidad, la sociedad, la propiedad privada, la individualidad, la colectividad, la organización social, la ley, el gobierno y a nosotros mismos.

El mundo va avanzando a una velocidad increíble, cada día hay nuevas tecnologías que desafían las antiguas concepciones. Nosotros, los jóvenes mutantes, tenemos que construir el mundo del mañana, y para ello debemos transformar el mundo con el poder de la innovación y de la colectividad que las redes sociales nos otorgan, abandonando las antiguas estructuras que ya no aplican a esta nueva era. Existe una frase en latín que resalta la realidad que nos toca vivir en la actualidad: “Omnia mutantur nos et mutamur in illis” Que significa: Todas las cosas cambian, y nosotros cambiamos con ellas. Y por eso les pregunto a ustedes, mis estimados mutantes: ¿Estamos listos para el cambio?

El impulso prometéico: Rebeldia Cosmica y Dinamismo





El impulso prometéico: Rebeldia Cosmica y Dinamismo


¿Quién me ayudó contra
la arrogancia de los titanes,
quien me salvó de la esclavitud
de la muerte?
No lo has logrado todo tú,
santo corazón ardiente
y ardías joven y bien,
engañado, gracia de salvación
para el durmiente allí arriba.
 
-Prometeo, Goethe


Abstract:

La Rebeldia, es un acto paradójico, que hace cuestionarse el orden establecido y rompe los límites que mantienen encerrado al ser dentro de un antiguo instinto de auto-conservacion. La ruptura de estas cadenas que esclavizan, libera al Ser de su estancamiento en-si-mismado y permite el flujo hacia un constante devenir, movimiento y transformación. Esto es el Dinamismo, y su fuerza motora es el impulso rebelde, que podemos identificar incluso en las dimensiones ontológicas y arquetípicas, con el mito de Prometeo para los griegos y el de Lucifer para el cristianismo. La rebeldía marca la existencia de una fuerza de cambio y movimiento, que permite que las sociedades no se estanquen y liberen pulsos de creatividad e innovación, que reaniman al hombre en su eterno dinamismo entre el Orden y el Caos, la Tradicion y la Innovacion, el Bien y el Mal. El Impulso Prometeico es sin duda un arquetipo que se encuentra encadenado en las profundidades abismales del inconsciente y surge cuando aparece la necesidad de gritar un “Ya Basta”, cuando el Poder que se supone Absoluto restringe tanto las libertades esenciales, que no queda de otra más que obedecer a este impulso encadenado, que de estancado, se ha vuelto furioso. Prometeo anda suelto en las conciencias del México actual, y su rebeldía amenaza con romper los últimos vestigios de un orden que ya no nos satisface. El colapso de ese antiguo Orden está cerca, y en la ola del Caos creciente en la actualidad Mexicana, podemos advertir el inevitable advenimiento de Prometeo y su furia titánica. 

1.- El Hombre, un Ser Paradojico.

Existe un impulso dentro de la misma naturaleza humana, una fuerza interna que le hace cuestionar, y eventualmente negar aquello que considera injusto, innecesario, incorrecto. Es esta fuerza que le permite tomar consciencia de su integridad, de aquello que lo hace tomarse como ente en libertad, misma libertad que se vuelve paradójica cuando se vuelve sobre sí misma. La paradoja (del griego παράδοξος) es una idea extraña, opuesta a lo que se considera verdadero o a la opinión general. En otras palabras, es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común. Y lo más característico de las llamadas contraculturas, es precisamente esta actitud de ir en contra de la opinión pública, por considerarla inadecuada, manipulada y restrictiva. Pero para entender a las Contraculturas, debemos primero analizar aquel impulso primigenio que lo lleva a levantarse en contra de los límites sociales y existenciales, es decir, la rebeldía. El hombre, al cuestionarse lo que aparenta ser real, encuentra una contradicción entre lo que se percibe y lo que se supone deber ser. Y cuando se trata de cuestionarse a sí mismo, se encuentra libre de rebelarse contra aquello que se supone que debe ser. Albert Camus nos diría que “El hombre es la única creatura que se niega a ser lo que es[1]Y es justamente esta cualidad de negación, de rebeldía, lo que lo convierte en un ser sujeto al cambio y en posibilidad de ejercer su libertad. La rebelión, entonces, es una cualidad esencial del ser humano y se expresa en sus actos y sus pensamientos cuando se encuentra una estructura, un orden y un límite que le parecen que no debiesen de existir. Camus se hace esta misma pregunta "¿Qué es un hombre rebelde? Alguien que dice que no. (…) ese “no” afirma la existencia de una frontera[2]”. Esa frontera, marca los límites, los muros que impiden la libertad del hombre rebelde. Aunque la rebelión siempre surge como ruptura y desencanto, esta tiene cualidades benéficas que le permiten al hombre seguir avanzando. La rebelión es profundamente positiva, pues revela lo que hay que defender siempre en el hombre. En sociedad, el espíritu de rebelión no es posible sino en los grupos en donde una igualdad teórica, encubre grandes desigualdades de hecho. La rebelión es el acto del hombre informado que posee conciencia de sus derechos. Pero la rebelión no es tan solo un acto que se despliega ante el acontecer histórico dentro de lo político y lo social, sino que posee profundas dimensiones metafísicas, mitológicas y arquetípicas, que tocan las raíces de todo cuanto compone al hombre y llega incluso a identificarse como un aspecto fundamental del Ser.

2.- Prometeo y las Cadenas Rotas

En el mito de Prometeo, podemos ver ejemplificado este espíritu de rebeldía, del titán que se burla del dios rector griego Zeus, ridiculizándolo por su poca perspicacia. Prometeo desafía la autoridad de Zeus y le roba el fuego, para otorgárselo a los humanos, por esto, los griegos consideran a Prometeo como el Dios protector de la humanidad, el que trae el fuego a los hombres. En la literatura griega, representada en <Prometeo Encadenado> de Esquilo,se expresa el tema en el que Prometeo es  una historia de advertencia y precaución para no incurrir en la hybris, es decir, un orgullo y arrogancia desmedidos, pecado en el que incurre Prometeo al desafiar a los dioses. Por este pecado, Prometeo es atrapado con cadenas de hierro a una roca dentro del Cáucaso, donde está condenado a que un águila devore su hígado por toda la eternidad. Y Prometeo permaneció encadenado hasta inicios del siglo XIX, época en la que el movimiento conocido como el Romanticismo, se rebela contra los valores racionalistas de la ilustración francesa, y enaltece como sus principales valores la búsqueda de la libertad, la creatividad y la autonomía, buscando en las profundidades de las pasiones humanas, la imaginación, el arte, la poesía y los sueños. En esta época, el escritor Percy Shelley escribe <Prometeo Liberado> en 1819, continuando la historia de Esquilo,  desencadenándolo y regresándolo a la libertad, desde la cual se convertirá en un nuevo héroe rebelde, invitándonos a trascender todos los limites. De igual manera, Prometeo aparece en pinturas, esculturas y poemas de diversos artistas y poetas, como figura que reta la autoridad divina. Dentro de estas figuras que rescatan la imagen de Prometeo, podemos destacar a Johann Wolfgang Von Goethe y a Lord Byron, especialmente un fragmento del poema de este último:

¡Titán! En ti combaten
Sufrimiento y voluntad,
que al no poder matar torturan.
Tu delito fue la bondad,
 de atemperar con tus preceptos
 la suma del dolor humano,
y fortalecer al Hombre con su
propia mente;
aunque impedido como fuiste
desde lo alto,
de tu energía paciente, sin
embargo.
Tu resistencia y rebeldía
de tu impenetrable Espíritu
que ni la Tierra ni el Cielo
podrían doblegar,
una poderosa lección
heredamos.
Prometeo – Lord Byron

El mito prometeico se permeo en los intelectuales del romanticismo, por su amor a los textos clásicos de los griegos, que veían en ellos las formas más bellas de expresión humana y una mayor cercanía a las fuerzas cósmicas que trascienden el entendimiento humano y que en la antigüedad llamaron . Sin embargo, el paradigma dominante en la época moderna pertenece a otro Dios, ese padre todo poderoso del Cristianismo y éste suplantaba la mitología griega con su propia mitología hebrea, por lo que la figura del rebelde cósmico ya no es representada bajo la imagen de Prometeo, y habría que analizar el mito cristiano desde sus propias representaciones mito-poéticas, para comprender los trasfondos psicológicos en los que deambula el rebelde cósmico dentro del cristianismo.   

3.-Lucifer y el Dios Imperalista

Dentro del paradigma Cristiano, la idea de Dios se propone como la del padre absoluto, es un Dios personal y autoritario, que mantiene una relación viva con el ser humano a través de la revelación, en la cual expresa su naturaleza divina y exige al hombre que le crea y que lo adore. La Biblia, el libro de revelación divina, pasa entonces a ser el testimonio de esa realidad superior y un mandamiento de obediencia hacia las leyes del creador. Esta noción personalista de Dios, facilita entonces el reclamo humano, la queja existencial puede ahora ser emitida hacia el Ser que se revela como creador, Dios es el objeto absoluto al cual el ser humano dirige su reclamo sobre el mundo, al cual considera un espectáculo de sinrazón y un escenario de condiciones injustas e incomprensibles. Albert Camus nos confirma: “La rebelión, después de todo, no se imagina sino contra alguien. La noción del dios personal, creador, y por lo tanto responsable de todas las cosas, da solo su sentido a la protesta humana. (…) La historia de la rebelión es, en el mundo occidental, inseparable de la del cristianismo.”[3]Y es precisamente dentro de los orígenes del Cristianismo, de donde surge esta otra mitología fecunda en rebeldía cósmica, aquella rebeldía que se lanza contra el objeto último y absoluto, contra la máxima representación del Orden, las Leyes y los Limites, es decir, la rebeldía contra Dios. En 1667, John Milton escribe <Paraíso Perdido> en donde describe la rebeldía de Satán contra Dios, poniendo bajo la lupa a este personaje que simboliza el mal y el desorden dentro de la perfección divina. Prometeo, o lo que este representa, no aparece en el Cristianismo, sino bajo la forma y nombre de Lucifer, el ángel rebelde que desafía la autoridad divina y su orden establecido, retándolo e insistiendo en un estatus de igualdad. Sin duda, podemos hacer análogos al personaje de Lucifer y Prometeo, pues poseen las mismas cualidades y un mismo patrón mitológico. Ambos se rebelan contra la autoridad divina y ambos son condenados a un inframundo[4] en el cual habrán de sufrir eternamente. Las dos figuras se relacionan con el fuego y la destrucción, pero una de las cualidades del fuego, es la luz. Es evidente la analogía de la Luz con el entendimiento, el artificio humano con el cual puede atravesar la oscuridad y la ignorancia, el conocimiento con el cual guiar la propia existencia ante los oscuros abismos del cosmos. Lucifer viene del griego Lux que significa “Luz” y Feros que significa “Llevar”, por lo que el conjunto se traduce como “Portador de Luz”. Aunque después de la caída, a Lucifer se le renombra como “Satán” que significa “Adversario”. Pero Prometeo aparece en la Teogonía, como un bienhechor, un héroe que se alza valientemente contra un tirano caprichoso, que ejerce su poder de manera desmedida, es una confrontación de voluntades en torno a distintas ideas del bien y de la verdad. Es un enfrentamiento directo contra el Poder, el cual castiga a su retador con una condena de dolor y sufrimiento. El mensaje es claramente una advertencia para no desobedecer al poder superior, de lo contrario se ejercerá el dolor y el sufrimiento por parte de la autoridad, para reprimir la rebeldía. En cambio, la rebelión de lucifer adquiere una dimensión ontológica más profunda, ya que el motivo de la rebeldía, es el reclamo por un estatus de igualdad, una lucha entre principios, la cual termina en el dominio del Orden divino, y la expulsión de todo lo contrario, el Caos profano, hacia los abismos infernales del sin sentido. Se establece entonces la separación absoluta, entre Orden y Caos, Bien y Mal, la Verdad y la Falsedad. Y así, el universo se fragmenta en dos realidades ontológicas, que se encuentran en una lucha eterna, una confrontación perpetua, en la cual la rebeldía y el desafío al orden establecido, se identifican con el Mal, mientras que el orden aparece como sagrado e inamovible. Esto mismo nos dice Camus, cuando afirma queNo puede haber para el ser humano sino dos universos posibles, el de lo sagrado (o de la gracia, para hablar  el lenguaje cristiano) y el de la rebelión.[5]

Habiendo triunfado el Dios del Orden y de las Leyes, comienza entonces la conquista de esta divinidad por encima de todas las otras, el poder absoluto de la Verdad revelada arrasa rápidamente con todas las demás creencias, todas las visiones que no son compatibles con la palabra de Dios. Todo aquel que adore a un Dios que no sea Yave, el Dios imperialista, es atacado y quemado en nombre de la ley divina. Los herejes se encuentran por todas partes, adorando a sus dioses paganos, pues la Verdad Absoluta, no permite la pluralidad de Dioses, las múltiples perspectivas. La diversidad es reprimida y sólo puede existir una forma correcta de hacer las cosas, solo existe un Bien y un Orden y todo lo demás es el Mal y el Desorden. Los mismos filósofos comienzan a identificar a Dios con la Verdad, con el Bien, con el Uno y con el más perfecto, absoluto e inmutable Ser. Pero desde dentro de las mismas filas de los cristianos, en los principios de su formación y de su origen, emergen grupos heterodoxos, que poseen una visión radicalmente distinta a la de los cristianos. Me refiero a los Gnósticos, los primero grupos cristianos, a los que los padres de la Iglesia consideran como los más grandes heréticos. La mitología gnóstica, brevemente expuesta, nos dice que el Dios verdadero y absoluto va más allá de nuestra comprensión y de nuestras limitaciones humanas, por lo que el Dios abrahamico, Jehová, del antiguo testamento, no es más que un impostor, un Demiurgo. El Demiurgo no crea el mundo, sino solamente le da un orden a la masa caótica y amorfa que es la materia. Pero al ser en sí mismo un Dios defectuoso, el Demiurgo crea un universo fallido, roto e imperfecto. De ahí que exista el mal, como un error cósmico de esta figura que intenta darle un orden al caos. Pero gran parte de las sectas gnósticas consideran al Bien y el Mal como principios iguales, dos fuerzas eternas que están en constante choque, ninguna superior a la otra, ambas poseen un mismo grado de realidad. Luego, el Demiurgo intenta imponer sus leyes y se revela como el único Dios por medio de la revelación, haciendo que sus creaturas se dobleguen ante su autoridad. Pero los Gnósticos desafían la autoridad del Dios judeo-cristiano, Jehová y van en búsqueda del Dios verdadero, por medio de un contacto íntimo y directo con el conocimiento divino o <Gnosis>. La Gnosis es el conocimiento liberador, que despierta la semilla de la divinidad interna inherente al hombre, con el cual logra trascender las limitaciones de un cuerpo terreno y defectuoso, para ascender devuelta al universo espiritual, real y perfecto; contrario a la Fe, que ellos suponen como una mera creencia, artificio del cual se sirve el Demiurgo para que los hombres se dobleguen ante su voluntad. No es de sorprenderse que las distintas sectas gnósticas repudien el autoritarismo y reclamen el valor del individuo pensante en su búsqueda personal para llegar con la verdadera divinidad. Los Gnósticos adoran a todas las figuras rebeldes de la Biblia, como los Ofitas, que adoran a la serpiente que ofrece el fruto prohibido a Eva, y que ellos consideran como la criatura más representativa de la sabiduría, ya que lo que realmente ofrece es el conocimiento oculto y secreto del Dios verdadero, por medio del fruto prohibido, la Gnosis. También están los Cainitas, que adoran a Caín, el primer asesino, que mata a su hermano como una forma de sacrificio ritual y ofrenda hacia Dios, el cual se ofende por dicha ofrenda de sangre y le castiga, pero Caín se muestra entonces desobediente y emprende su rebelión en contra de Dios. 

4.- La Rebeldia Cosmica y el Impulso Prometeico

El mito es una forma de conocimiento un tanto oscura, que debemos ahora analizarlas bajo la óptica de los estudios en Mitologia y estudios comparativos de la religión, que ha elaborado el historiador de religiones Mircea Eleade. Para Eleade, el Mito expresa de manera simbólica e intuitiva, una especie de ontología primitiva, una explicación de la naturaleza primordial del Ser. El lenguaje del mito, expresa de manera pre-logica una cosmovisión imbuida con la imaginación y la representación antropomorfizada de los principios cósmicos que rigen el universo, y el drama de la relación del hombre frente ese misterio del mundo. Ahora, procedemos a descifrar estas dos estructuras mitológicas, de Prometeo y de Lucifer, en donde podemos encontrar que existen fundamentos metafísicos que explican la rebeldía en las cosmovisiones primitivas. Y podemos distinguir también que la Rebelión Cósmica consiste en aquella lucha constante contra los límites del universo que lo atrapan dentro de sí mismo, es una lucha que se convierte en el único medio de liberación y camino para el auto-conocimiento. Camus nos diría queLa rebelión metafísica es el movimiento por el cual un hombre se alza contra su situación y contra la creación entera. (…) el rebelde metafísico se declara frustrado por la creación.[6] Pero la creación misma se vuelve entonces un campo de batalla, uno en donde principios contrarios luchan por la realización de sus ideales, pero siempre existe una fuerza autoritaria, que domina en la mayor parte de lo existente y que se asume como el Orden absoluto, con el cual impone sus leyes y sus designios ante lo demás. El espíritu de rebeldía aparece como aquel que rompe la ilusión de lo perfecto, se muestra como la contradicción en el discurso, su misma existencia representa un elemento caótico y por lo tanto, una incoherencia dentro del supuesto Orden. El rebelde busca una realidad superior, desafía la noción del orden establecido y busca un orden más elevado y más perfecto.El movimiento de rebelión aparece en él como una reivindicación de claridad y de unidad. (…) Este se alza sobre un mundo destrozado para reclamar la unidad. Opone el principio de justicia que hay en el al principio que ve practicado en el mundo.[7]Y en esa lucha, esa ruptura entrópica y caótica, se expresa la rebeldía como una fuerza inherente al mismo Ser, que le permite salirse de sí mismo, que rompe los limites estáticos para dar movimiento y dinamismo, transformándose en Devenir. Esa tensión entre lo Activo y lo Pasivo, el Ser y el Devenir, el Acto y la Potencia, es finalmente el  drama cósmico del cual participa el Impulso Prometeico como factor de cambio. La rebeldía es esa fuerza activa y destructiva que va derribando los muros que lo encierran, para permitir el paso a la innovación, la transmutación de las formas y el eterno fluir del universo. Funciona como catalizador del cambio, mudanza que es expresión misma de la totalidad cambiante de lo existente que se actualiza en cada instante. Así mismo, Camus nos dice que “[La rebelión] fractura al ser y le ayuda a desbordarse. Libera oleadas que, de estancadas, se hacen furiosas.[8]Es asi, como podemos afirmar que la Rebelion como cualidad Cósmica, permite el flujo dinámico del Ser, al abrir paso a la innovación y al movimiento, principios esenciales de un universo en constante devenir. 

Pero existe también otra visión e interpretación acerca del significado de la Mitología. Y eso lo podemos apreciar con el filósofo, psicoanalista e historiador de religiones inglés Joseph Campbell que nos dice que: “Con el descubrimientos de que los patrones y la lógica de los cuentos de hadas y de los mitos corresponden al sueño, las quimeras del hombre arcaico que hace mucho tiempo han sido desacreditadas, retornan dramáticamente al primer plano de la conciencia moderna (…) La mitología, en otras palabras, es psicología mal interpretada como biografía; historia y cosmología. La psicología moderna puede traducirlas devuelta a sus denotaciones propias, y así rescatar para el mundo contemporáneo una rica y elocuente documentación de las más intensas profundidades del personaje humano.”[9] Campbell afirma que la mitología refleja toda la gama de potencialidades psíquicas del hombre, mediante las fantasías arcaicas que rigen en la mente del ser humano y que se llaman Arquetipos. Este concepto lo toma del psicólogo suizo Carl Gustav Jung, quien menciona que los arquetipos pueden ser considerados como tendencias, potencialidades de realización que adquieren su plena significación cuando se expresan en la realidad del mundo perceptible. Son principios que expresan patrones de comportamiento, tipos de personalidad y visiones particulares del mundo. Podemos concluir entonces que Prometeo es un arquetipo, un impulso psíquico inherente a las profundidades de la psique humana, que lleva a al hombre a romper con los límites de lo establecido, desquebrajando el orden imperante, en búsqueda de un orden más alto y más justo. Es por esto que todo movimiento social, político, artístico, religioso y de toda índole humana, que se manifieste en contra de un supuesto orden absoluto en su lucha constante por la libertad y los valores que se presumen supremos, o en otras palabras toda contracultura, obedece a un impulso arquetípico, una tendencia inherente a la psique humana que le lleva a quebrantar los límites y efectuar la rebelión como un modo de manifestar las fuerzas psíquicas del Impulso Prometeico.

Conclusión: contra el Demiurgo.

En la actualidad existen muchos movimientos disidentes, mucha indignación con respecto a cómo las figuras monolíticas de autoridad están llevando a cabo las decisiones. En Chile, ha ganado mucha fuerza el movimiento estudiantil por una educación publica gratuita y de calidad, en España, el movimiento del 15-M ha reunido a mas de 7 millones de personas en una protesta contra el mal manejo gubernamental, piden democracia real y que se realicen cambios profundos en la política y en la economía. Lo mismo aconteció en Libia y Siria, y no podemos dejar de hablar de los Indignados de Wall Street. En México, la imagen cuasi-mitológica que representa el poder del trono, es decir, el presidente, es- por decirlo en términos mito-poéticos- el Demiurgo, el dios falso e imperialista que se alza como el límite a vencer, como la autoridad usurpadora que oculta la verdadera libertad detrás de las pantallas de un mundo como de espectáculo. El mundo entero está escuchando la voz de Prometeo, que poco a poco está siendo liberado de las profundas cavernas del inconsciente colectivo, para resurgir con una fuerza de cambio radical en el globo. La desobediencia civil y el activismo son sus expresiones y es tan solo cuestión de tiempo, para que las cadenas que sostienen a ese titan, se desprendan. Has sentido ya, el impulso prometeico?


[1] Camus, Albert. El Hombre Rebelde, Editorial Losada, S. A. (1953) P.21
[2] Ibídem. P. 22
[3] P. 41
[4] Al respect del tema del inframundo, James Hillman tiene un tratado titulado “Sueño e inframundo”, en donde identifica al inconsciente con la figura mitológica del Inframundo. Este mismo autor, expresa en otro libro, “Pan y la pesadilla”, el hecho de que el cristianismo ha reprimido ese aspecto oscuro y lo ha desterrado hacia el inframundo, al inconsciente, que busca rebelarse de las represiones racionales del (ese demiurgo de la psique!) y se representa con otra de las figuras míticas de la antigua grecia: Pan, el dios cornudo, con patas de cabra, cuya imagen será tomada por el cristianismo y le llamará < el diablo>.
[5] Ibid. P. 32
[6] Ibid. P. 34
[7] Ibid. P. 36
[8] Ibid. P. 27
[9] Joseph Campbell, The hero with a thousand faces, Bollingen Series / Princeton. 1973. P. 256