Monday, November 1, 2010

El Orgasmo de Campanita - Cuento Erotico Para Niños Perdidos


Anda, siéntate, quítate la ropa y ponte cómodo, mientras te contare sobre la primera vez que tuve un orgasmo…

Me encontraba yo recostada con mi diminuto cuerpecito de hada y mi brillante aura de luz, dentro de lo hueco de una fruta seca, yo observaba a los niños perdidos, que jugaban dentro de un pequeño lago, todos estaban desnudos, con su dulce inocencia se salpicaban unos a otros, a veces jugaban luchitas mientras que Peter… OH Peter, lo agarraba y los elevaba por el aire y yo no podía despegar mi mirada sobre su miembro dormido…

Al finalizar de jugar, los niños fueron a recolectar madera, mientras que Peter regreso a la casita y se recostó desnudo sobre un montón de paja. Su vigoroso cuerpo escurría las gotas de agua, extendido recostó su cabeza hacia atrás, sobre las palmas de sus manos y cuando encontró una pose cómoda, cerro los ojos. Yo lo observaba desde mi pequeño rincón, mis ojos absorbían todo su cuerpo, sentía una indescriptible lujuria, un deseo interminable. Pero yo era solo un hada y no podía mas que observar y desear… ni siquiera podía reproducirme y jamás había experimentado aquella sensación que los humanos llaman “Orgasmo”… Entonces me decidí que intentaría todo tipo de cosas para poder alcanzar el néctar de los jugos corporales, quería experimentar un orgasmo y no me detendría hasta que lo consiguiera.

Volé hacia donde estaba Peter Pan, ese guapo chico pelirrojo, el mayor de los niños perdidos y definitivamente el del cuerpo mas formado. Me pare sobre su pecho, mis pequeños piecitos se apoyaron en sus fuertes pectorales. Peter abrió sus enormes ojos depredadores y me miro confundido, yo le sonreí y le dije: “No te preocupes, solo vengo a enseñarte un pequeño juego, tu solo relájate y disfruta”. El solo sonrío y me observo mientras yo descendía caminando lentamente por su bien definido abdomen hasta que llegue a su sexo. Volteo a verlo mientras con mis minúsculas manos lo acaricio y Peter se ríe “Jajaja ¿Qué haces campanita? Me estas haciendo cosquillas”. Y poco a poco se va elevando su sexo, y en vez de risas escucho gemidos que paulatinamente se van volviendo más fuertes. Su pene se encuentra totalmente erecto, y no lo había notado, pero ¡nos encontramos flotando en el aire! La velocidad aumenta, estamos ascendiendo hacia una nube y yo estimulo su miembro con más fuerza. Mi aura luminosa empieza a parpadear, ¡estoy sintiendo placer! Mis alas empiezan a vibrar, siento como una chispa eléctrica recorre todo mi cuerpo, Peter convulsiona su cuerpo con mucha intensidad, penetramos en lo más profundo de una nube, una fría brisa húmeda nuestros cuerpos y Peter suelta un grito final, su miembro expulsa una furiosa lluvia de semen y suavemente empezamos a descender…

Mmm..., que lastima, yo no alcancé ese punto máximo, ese clímax espectral que Peter pudo experimentar sin mucha dificultad… Sin embargo Peter se encuentra muy emocionado, me observa y alegremente me pregunta: “Wow, campanita ¡eso fue fantástico! ¿Cómo se llama este juego?” a lo que yo, un tanto decepcionada le contesto: “Éxtasis”. Peter inmediatamente corre por su ropa y como si tuviese mucha prisa se la pone dificultosamente. “¡Rápido campanita! ¡Tenemos que enseñarle esto a Wendy! De seguro también le gustara”.

“Pero… ¿Qué?, es que…” No sabia que decir, yo quería que Peter fuera solo para mí, pero en ese momento se me ocurrió otro plan, ahora podría tener varios cuerpos con los cuales experimentar y así intentar llegar al orgasmo. “Esta bien, ¡vamos!”. Y así salimos volando Peter y Yo hacia Londres, para ir a enseñarle los secretos del Éxtasis a Wendy…

Cuando llegamos a la casa de Wendy, Peter toco la ventana y rápidamente le abrió Miguel, uno de los hermanitos de Wendy, a su lado estaba Juan que se encontraba muy emocionado por ver de vuelta a Peter Pan. Yo me acerque al oído de Peter y le susurre algunas perversas palabras, una proposición de placer… Peter sonríe y voltea a ver a los niños. “Oigan, campanita me enseño un nuevo juego y quiero enseñárselos a ustedes también. Peter entonces metió su mano derecha dentro del pantalón de Juan y la izquierda en el de Miguel. Ellos abrieron la boca y sus mejillas enrojecieron. Al parecer ellos también lo disfrutaban. Miguel entonces extendió su mano y jalo el pantalón de Peter, descubriendo su pene erecto, a lo que llevo su boca hacia este y empezó a otorgarle placer a Peter. En eso se abrió la puerta de golpe y entro Wendy sorprendida al ver toda esta escena. Sus ojos estaban estupefactos, estaba totalmente enmudecida. Peter soltó a Juan y Miguel y avanzo seductoramente hacia Wendy mientras decía: “Wendy… ven, déjame mostrarte los secretos del Éxtasis…”. Ella solamente avanzaba hacia atrás, ruborizándose, y en un momento de torpeza, tropezó con un juguete y cayo de espaldas hacia una de las camas.

Através de su pijama de seda se notaban sus grandes senos bien firmes y excitados. Peter, casi con un instinto animal, salvajemente le arranco la ropa de encima y se quedo quieto por unos instantes, contemplando el cuerpo desnudo de esta adolescente. En la mirada de Wendy se percibía toda una serie de sentimientos encontrados. Había ahí una mezcla de miedo y de excitación. Con mi magia de hada, logre hacer que el ambiente se sintiera ligero y perfumado, conjure las fragancias frescas de la flor espiral, que únicamente crece en lo más alto de las montañas de nunca jamás. Así, Peter lanzo sus labios hacia los pechos de Wendy y la beso y beso por todo su cuerpo. Con cada beso, sus labios ebrios recorrían centímetro a centímetro hasta llegar a su pubis. Cuando sus labios se encontraron con los labios del pubis femenino, el cuerpo de Peter empezó a flotar hacia arriba y también se elevo la mitad de Wendy, de la cadera hacia abajo, ahora se encontraba boca arriba, mientras disfrutaba los jugueteos de lengua de Peter Pan. Esta escena era totalmente excitante, los hermanos de Wendy miraban el acto sexual de su hermana y de Peter, mientras Miguel masturbaba a Juan y Juan a Miguel. ¡Incluso a la misma sombra de Peter se le podía observar masturbándose!

Y yo misma también me encontraba disfrutando, en medio de la habitación, observando la orgia de placer, el cuarto oscuro se veía iluminado por la luz irregular que mi diminuto cuerpo irradiaba, agitándose y parpadeando con mis gemidos. En el momento en que mis alas empezaron a vibrar, volví a sentir esa sensación extraordinaria, miles de peces de colores nadando rápidamente, nublando todos mis sentidos, un torbellino de fuego, envolviéndome en su apasionada ráfaga de placer. Arena verde cayendo sobre mi piel, cada granito provocando una explosión orgánica al contacto con mi sensualidad. ¡Esto debe ser! ¡Esto debe de ser un orgasmo! Y mientras mi cuerpo se sacudía frenéticamente, mi cuerpo iba creciendo rápidamente, hasta que cuando llegue al clímax, al cero absoluto, mi cuerpo era ya el de una mujer adulta, sin alas y sin aura de luz. Los niños, Peter y Wendy se me quedaron viendo confundidos. “Campanita, ¿eres tu?” Pregunto Peter Pan. Yo no sabia que responder, no sabía que me había pasado. Entre en pánico y Salí corriendo de la casa para no volver a verlos nunca jamás.

Desde ese entonces me dedico a esto, tengo este club para adultos y la gente me sigue llamando Campanita. Ahora recuéstate y disfruta, pues yo te llevare al país de nunca jamás…
-“Pero claro que esto que me acabas de contar es solo un cuento de hadas ¿verdad? En realidad nunca fuiste un hada, todo el mundo sabe que no existen las hadas”
-“Claro querido… claro…”

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